Ir al contenido principal

LEYENDO A CAMUS

Estoy releyendo El extranjero, la novela de Albert Camus en la nueva edición de bolsillo de Alianza Editorial de la ya clásica traducción del poeta José Ángel Valente. Una buena manera de rendir homenaje al escritor franco-argelino en el centenario de su nacimiento.  Siempre vale la pena  releer a Camus, un autor que desgraciadamente se lee poco en la actualidad. Esperemos que con motivo del centenario sean muchos los lectores que se  acerquen a una de las obras literarias más fascinantes del siglo XX.


Lo descubrí con quince años y siempre me ha acompañado. En esto de la lectura y lo afrancesado he sido un poco aventajado, tal vez porque he vivido atacado por el síndrome de Saint Germain Des Prés. Tu es le seul miroir où je peux contempler ma jeunesse. Bonjour tristesse. Leí su teatro y su narrativa en un volumen de la Editorial Aguilar encuadernado en verde. Luego vino El mito de Sísifo en la edición argentina de la Editorial Losada. Devoré sus obras y quedé perplejo, cosa normal en un chaval de quince años que no entendía casi nada de lo que leía, aunque quedara fascinado y le pasara un poco como al adolescente  de Le souffle au coeur, la película de Louis Malle, pero sin Charlie Parker y sin relaciones incestuosas. Un adolescente que leía a escondidas libros prohibidos en una ciudad triste y gris como era Valencia en la época de Franco, tan alejada del París de los existencialistas. En mi ciudad viví una formación, más bien diría autoformación sin referentes, en la que Camus se encargó de abrir puertas y ventanas. Balcones. Años más tarde, cuando leí su novela póstuma e inconclusa, El primer hombre, me sentí indentificado. Camus también creció sin referentes.

En todos estos años me he acercado varias veces al autor de El extranjero desde diferentes escenarios, sabiendo ya que era eso de la filosofía del absurdo. Esa negación de la razón, los sentimientos y las emociones que lleva consigo el aburrimiento de la existencia. Eterno y cotidiano Meursault.

Comentarios

Entradas populares de este blog

PREGUNTES NO RETÒRIQUES

[Foto: eldiario.es] Com a milions de ciutadans d'aquest país, visc fent-me preguntes sense trobar cap resposta per molt que ho intente. Unes són  existencials , o crec jo que ho són; altres, la resta i gran majoria, no tant. Últimament em pregunte moltes coses sobre s ituacions indignants, i que conste que no són retòriques. Què més volguera!  Les més habituals solen ser sobre la corrupció política, sobre la quantitat de lladres que ens envolten. Com és possible que  hagen  tants casos de corrupció al nostre país? Com és possible que els lladres s' hagem   embutxacat  tants milers de milions d'euros? Per què no els hem descobert abans? Què hem fet malament? Aquesta situació és el resultat de tants anys de govern amb majories absolutes? Intente ser analític i no trobe respostes. E m preocupa molt que hagen d'eixir casos aïllats de penedits,  venjatius  o col·laboracionistes, com Marcos Benavent , perquè  aflore la  merda. Què funciona mal al si de la nostra democ

PATRICK MODIANO, EL PREMIO NOBEL Y UN ANHELO

Soy de formación afrancesada hasta la médula, así que me interesa todo aquello que tenga relación con la cultura gabacha,  desde los poemas de François Villon al teatro de Molière , de los cuentos de Maupaussant     a Marcel Camus , pasando por la música de Claude Debussy , las aventuras de Fantômas , las canciones de Yves Montand , el cine de François Truffaut, la cassoulet de canard, la   Veuv e Clicquot, la mantequilla salada, Audrey Tautou   o el paroxismo de Brigitte Bardot (la de antes, por supuesto)   susurrando con voz de haberse pasado con el borgoña peleón (que los hay) aquello de Harley Davidson . ¡Qué lástima de mujer! En fin, no hay cultura perfecta,  et je suis aussi complètement imparfait . Hace unos días se le concedió el Premio Nobel de Literatura a Patrick Modiano , un veterano que tiene en su haber todos los premios de las letras francesas habidos y por haber . A modo de felicitación y homenaje escribí en mi muro del facebook que la primera novela que leí de

TOMAR POSICIÓN

Estos días he leído una serie de artículos relacionados con la Generación del 14 , cosas de los centenarios. Dicha generación se movió en un contexto histórico que podría guardar ciertas similitudes con el actual, no lo niego, pero hasta ahora, al menos que yo sepa y en nuestro país,  no ha aparecido ningún Ortega y Gasset  capaz de aplicar sus conocimientos filosóficos a la búsqueda de soluciones. La corrupción todo lo impregna, los políticos están desprestigiados, la falta de recursos, la pobreza, el desconcierto, el desánimo y el pesimismo de la población campan a sus anchas, mientras las actitudes populistas, xenófobas y fascistas proliferan. ¿Dónde están los intelectuales? ¿Dónde está el debate intelectual en la sociedad? ¿Dónde está la sociedad civil? ¿Dónde está el compromiso para cambiar las cosas? Voceros no faltan en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero faltan los intelectuales. El concepto orteguiano del hombre masa está vigente y tardará en supera