Fue la noticia de la semana pasada: el expresidente de Caja Madrid encarcelado. Era el primer banquero que entraba en prisión en veinte años. Todo un paradigma, a priori ejemplarizante, para una sociedad desprotegida, humillada y cabreada, que ha visto en la desastrosa administración de ciertos banqueros la causa de muchos de los males que padece. La estancia de Miguel Blesa en la cárcel madrileña de Soto del Real ha sido breve, sólo una noche, el tiempo suficiente para conseguir los 2'5 millones de euros que le impuso el juez como fianza, calderilla comparada con la indemnización que cobró de Caja Madrid y la comisión que supuestamente se embolsó por la compra del City National Bank de Florida, que le ha llevado a dormir en el talego. El juez Elpidio-José Silva ha visto en la actuación de Blesa indicios racionales de responsabilidad criminal, con posible delito societario de administración desleal, incluso de apropiación indebida, y falsedad documental...
El blog de Manolo Gil