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Mostrando entradas de 2014

DONDE ESTUVO FERNANDO DELGADO

Soy un lector intermitente de poesía. Por desgracia no sigo muy de cerca todo lo que se publica, aunque intento estar al día de algunos poetas, tanto en catalán como en castellano, y siempre  me gusta tener un poemario cerca para ir leyéndolo poco a poco, paladeándolo. Un poemario se debe leer poco a poco, disfrutándolo, estirándolo en el tiempo. Conmoviéndose y reflexionando. Una lectura de días, de semanas.  Lectura larga y sin fin.  Lo demás es pasar lo ojos por las letras, por las palabras sin ser nada. Estas últimas semanas he sido voraz en lecturas poéticas, aunque la poesía no se puede devorar.  La voracidad que hablo es en términos de lectura constante y reflexiva, lo que ha anulado por unos días mi condición de lector intermitente de poemas. Ello se ha debido a uno de los poemarios más bellos que he leído en los últimos tiempos:   Donde estuve , de Fernando Delgado , publicado por la Fundación José Manuel Lara . Un poemario intenso y profundo que se deja devorar. Un can

LUIS LANDERO EN EL BALCÓN

Yo vengo de un tiempo en el que casi todo pasaba en el balcón. La casa del mis padres en la que transcurrió mi infancia tenía un balcón lleno de geranios que daba sobre la plaza de Sant Bult, en pleno corazón de la ciudad de Valencia. Desde allí, y sobre todo en verano cuando salíamos a tomar la fresca, veíamos pasar la vida protegidos por una persiana, porque las persianas siempre han protegido de alguna cosa más que del sol. Lo mismo hacían todos los vecinos en esa época sin aire acondicionado y en la que la realidad era de carne y hueso, no catódica. El balcón era una atalaya privilegiada desde la que se veía como fulano, que vivía al lado,  había prosperado o como a zutano la suerte le había abandonado. Me produce mucha tristeza pensar que la televisión ha sustituido en la observación vital a a los balcones y ventanas y como ésta se ha hecho tan zafia. Al leer la última novela de Luis Landero , El balcón en invierno , he recordado el balcón de  mi infancia y de mis anhel

OLVIDADO ONETTI

Se cumplen veinte años de la muerte del escritor uruguayo Juan Carlos Onetti . Una exposición en Madrid, algunos artículos publicados en prensa  y poco más es lo que está dando de sí este aniversario.  Triste, muy triste por la poca presencia y el poco interés despertado. Ni siquiera se ha hecho una edición conmemorativa de alguna de sus obras. Bien es cierto que  sus novelas más conocidas empezaron a ser reeditadas por Seix Barral allá por el 2000, apareciendo en bolsillo años más tarde, y de manera intermitente,  en Punto de Lectura ; además, Galaxia Gutenberg   finalizó la edición de sus obras completas en 2009. Pero a nadie le amarga un dulce y menos un libro de Onetti.  Eso es lo que creo yo, que en esto de las creencias y preferencias literarias parece que voy a contracorriente. Con este aniversario y la reedición de alguno de sus títulos más emblemáticos  el autor de Cuando ya no importe   hubiera vuelto a la mesa de novedades de las librerías y más de un lector le  hubie

LA REBELIÓN DE LOS LECTORES SUBVERSIVOS

Releyendo algunas páginas de Una historia de la lectura, de Alberto Manguel encuentro este párrafo: "Quienes están en el poder  impulsan la dicotomía artificial entre vida y lectura. Los regímenes populares exigen que olvidemos y, por consiguiente, estigmatizan los libros como lujo superfluo; los regímenes totalitarios quieren que no pensemos y, en consecuencia, prohíben y amenazan  y censuran; ambos en general, necesitan que nos hagamos estúpidos y que aceptemos nuestra degradación con docilidad, por lo que, lógicamente, alimentan el consumo de cosas insustanciales. En situaciones como ésas, los lectores son inevitablemente subversivos". No hace falta irse a regímenes populares ni totalitarios, en algunas democracias como la nuestra ocurre lo mismo. Una sociedad que desprecia y estigmatiza el libro nunca será lectora y jamás verá el libro como un valor, sino como un gasto, como un lujo superfluo. Los integrantes de esta sociedad no lectora serán sumisos y valorarán

PATRICK MODIANO, EL PREMIO NOBEL Y UN ANHELO

Soy de formación afrancesada hasta la médula, así que me interesa todo aquello que tenga relación con la cultura gabacha,  desde los poemas de François Villon al teatro de Molière , de los cuentos de Maupaussant     a Marcel Camus , pasando por la música de Claude Debussy , las aventuras de Fantômas , las canciones de Yves Montand , el cine de François Truffaut, la cassoulet de canard, la   Veuv e Clicquot, la mantequilla salada, Audrey Tautou   o el paroxismo de Brigitte Bardot (la de antes, por supuesto)   susurrando con voz de haberse pasado con el borgoña peleón (que los hay) aquello de Harley Davidson . ¡Qué lástima de mujer! En fin, no hay cultura perfecta,  et je suis aussi complètement imparfait . Hace unos días se le concedió el Premio Nobel de Literatura a Patrick Modiano , un veterano que tiene en su haber todos los premios de las letras francesas habidos y por haber . A modo de felicitación y homenaje escribí en mi muro del facebook que la primera novela que leí de

LIBROS EN LA CARNICERÍA

Hay noticias que hacen que creamos firmemente que la utopía es posible. Este verano la kultur etxea de Turtzioz, en Vizcaya, está llevando a cabo una peculiar campaña de animación a la lectura. Dicha casa de la cultura ha depositado diversas cajas con libros en el ayuntamiento, la carnicería, el ambulatorio, la piscina municipal, el hotel rural y algunos bares, convirtiendo estos lugares en bibliotecas estivales. De esta forma, ya que vas a la carnicería a comprar chuletas, ves los libros que tienen y te llevas en préstamo el que te apetece leer. Después, una vez leído, sólo tienes que depositarlo en la caja de donde lo tomaste. La iniciativa no es nueva. Se conocen experiencias similares en otras localidades vascas, así como en Brasil y otros países.  En el País Vasco se desarrolla un plan de fomento y animación a la lectura, en el que junto a los objetivos obvios como la mejora de las competencias de lectura y escritura de las ciudadanas y ciudadanos, la mejora del índice d

OCHO APELLIDOS VASCOS

Finalmente he visto la película española más taquillera, la que ha llenado las salas cinematográficas en los últimos meses y la que ha hecho reír a millones de personas en este país. Confieso que la película tiene una espléndida factura, algo habitual en las películas de Emilio Martínez Lázaro ; unos actores muy solventes y que resuelven muy bien sus personajes, en especial Dani Rovira ; un guión de   Borja Cobeaga y Diego San José  que hace comedia de los grandes problemas sociopolíticos de este país, sin duda su mejor acierto. Pero... Pero debo ser marciano:  no me ha gustado ni me he reído. Está claro que soy de otro planeta al no seguir las preferencias de la mayoría de ciudadanos que la han visto. Me pasa a menudo. No quiero hacer una lectura moral ni sociocultural ni mucho menos generacional de la película. Tampoco la  voy a comparar con otros éxitos populares del cine español de hace cincuenta años, como he escuchado a más de uno. Sólo quiero hacer un par de  reflexiones/opin

¿Y AHORA QUÉ?

Han pasado las elecciones y se multiplican las incógnitas. Mientras se ha configurado un Parlamento Europeo  en el que mayoritariamente no se cree en Europa,  en nuestro país ha caído el bipartidismo y se asiste al auge de los partidos minoritarios.    Independientemente de las lecturas que cada uno se haga, dos cuestiones son obvias: la preocupante situación europea dominada por la extrema derecha y el giro a la izquierda de la población española. Tras los resultados electorales hay que ponerse a trabajar ya. Las elecciones generales, municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina y todo indica que se han acabado, por fin, las mayorías absolutas. Si se cumplen las previsiones, dentro de un año y medio gobernará la izquierda en nuestro país. No hay tiempo que perder. Es momento de reflexión, de diálogo,  de iniciativas y de pactos. Un partido ya no puede pensar solo en su aparato. Urgentemente debe dar respuestas a lo que demanda la sociedad y debe entenderse con otras fo

EL SURIMI Y LA LANGOSTA NO SON LO MISMO

La mujer loca , la última novela de Juan José Millás , sin convertirse en un éxito de ventas arrollador conserva, desde hace unas cuantas semanas, una posición privilegiada en las listas de los libros más vendidos en nuestro país, y eso que todavía no ha llegado la Feria del Libro de Madrid , donde se le augura el mismo éxito que en las recientes ediciones de la   Fira del Llibre de València y el Sant Jordi de Barcelona. Me sorprende para bien, aunque Millás tiene sus lectores incondicionales, que una novela tan particular como ésta esté por encima de los best-sellers al uso y las incursiones literarias de los presentadores de televisión metidos a escritores o con nombre alquilado a sellos editoriales, que a fin de cuentas es lo mismo. La mujer loca es un interesante juego sobre los límites de la realidad y la ficción. Una exploración sobre el género narrativo lleno de agudeza e ingenio. Una reflexión sobre el yo y su desdoblamiento, del juego filológico y de los campos semánt

TOMAR POSICIÓN

Estos días he leído una serie de artículos relacionados con la Generación del 14 , cosas de los centenarios. Dicha generación se movió en un contexto histórico que podría guardar ciertas similitudes con el actual, no lo niego, pero hasta ahora, al menos que yo sepa y en nuestro país,  no ha aparecido ningún Ortega y Gasset  capaz de aplicar sus conocimientos filosóficos a la búsqueda de soluciones. La corrupción todo lo impregna, los políticos están desprestigiados, la falta de recursos, la pobreza, el desconcierto, el desánimo y el pesimismo de la población campan a sus anchas, mientras las actitudes populistas, xenófobas y fascistas proliferan. ¿Dónde están los intelectuales? ¿Dónde está el debate intelectual en la sociedad? ¿Dónde está la sociedad civil? ¿Dónde está el compromiso para cambiar las cosas? Voceros no faltan en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero faltan los intelectuales. El concepto orteguiano del hombre masa está vigente y tardará en supera

LA VALLA DE MELILLA

Siento vergüenza e impotencia cada vez que veo la valla de Melilla. Vergüenza por los comportamientos de la policía española y la actitud del gobierno español ante un espectáculo tan dantesco; impotencia por la falta de soluciones al problema. Melilla es solo un lugar en la despreciable geografía del hambre que traza fronteras cruentas en las que los pobres desheredados de la Tierra mueren al intentar pasarlas.  Me cabrea hasta lo inimaginable que gran parte de nuestros políticos concentren sus gritos vehementes en hablar de la valla, en poner medidas policiales que impidan el paso de los inmigrantes de Marruecos a España, cuando éste no es el verdadero problema. El problema se llama África. Se llama hambre, falta de futuro en un continente esquilmado, abandonado, asolado por las guerras civiles y las epidemias. Un continente donde la esperanza de vida está en los 40 años.  Para estos miles de personas de origen subsahariano venir al Norte es tener futuro, y éste es un derec

CAMINO DE UN GENOCIDIO EN TODA REGLA

Según los resultados de una encuesta del INE sobre la mortalidad en España, elaborada a partir de los registros civiles y de lo que ponen los médicos en los certificados de defunción, entre 2002 y 2010 el número de defunciones se mantuvo  en  380.000 por año. En ese mismo período la población pasó de 41,8 a 47 millones de habitantes -eran los años dorados de la inmigración-, y la mortalidad pasó de 892 por 100.000 habitantes en 2002 a 829 en 2010. Se crecía en población y se bajaba en defunciones, en gran parte debido a las mejoras que se habían producido en la atención sanitaria y que habían roto la asociación edad y muerte. La población estaba mejor asistida y lógicamente vivía más. Sin embargo, hace tres años empezó a romperse la tendencia al subir las defunciones: 841 por 100.000 habitantes en 2011 y  862 en 2012, superándose las 400.000 muertes ese año. En sólo dos años las defunciones aumentaron en un 5,5% sin que hubiera  habido una epidemia, una gripe terrible, una ola de ca

ANALFABETISMO CONSTITUCIONAL

Hace unos días asistí en la Llibreria La Moixeranga , en Paiporta, a la presentación de la novela de Víctor J. Maicas Mario y el reflejo de la luz sobre la oscuridad , recientemente publicada por VdeB . La novela está ambientada durante los meses de mayo y junio de 2011 y hace una llamada a la reflexión sobre la situación  social y política que vivimos en nuestro país.  Tras la presentación se estableció un animado debate entre los asistentes.  Se habló de la crisis, la corrupción y el compromiso de los ciudadanos. Yo insté a que tomáramos  conciencia y nos comportásemos como ciudadanos responsables. Sin ánimo de ser capcioso pregunté a las personas que me acompañaban  si habían leído la Constitución. Ni uno solo afirmó haberla leído. Desgraciadamente no me sorprendí.  Somos capaces de discutir apasionadamente sobre nuestro país y desconocemos el significado y el alcance de nuestra Carta Magna, lo que nos aboca a permitir que se vulnere diaria y constantemente. El "hombre

LA SOCIEDAD DEL ANSIOLÍTICO

Empezamos el año con múltiples frentes. Al caso Gürtel, al caso Blesa y los ERE de Andalucía -solo por citar unos cuantos- se han sumado la imputación de la Infanta, el futuro de la Monarquía con un rey decrépito, la polémica ley Gallardón sobre el aborto, el independentismo catalán y el caso vasco con motivo de la excarcelación de los presos de ETA tras la anulación de la doctrina Parot. ¡Qué poco se habla ya de los desahucios, del paro, de los jóvenes que emigran, de la pobreza en la viven miles de familias, de los recortes! Es como si nos hubiéramos acostumbrado a todo esto porque nos ha hecho efecto el sedante. Vivimos en una sociedad del espectáculo, en cuyo circo mediático se escucha de todo, pero sobre todo a voceros que pontifican con estupideces varias. Declaraciones estúpidas que crean alarma social con finalidad partidista para posicionar al votante en las  próximas elecciones, aunque parece que esta estrategia no le está siendo muy favorable al PP en cuando a su i