Estos días he leído una serie de artículos relacionados con la Generación del 14, cosas de los centenarios. Dicha generación se movió en un contexto histórico que podría guardar ciertas similitudes con el actual, no lo niego, pero hasta ahora, al menos que yo sepa y en nuestro país, no ha aparecido ningún Ortega y Gasset capaz de aplicar sus conocimientos filosóficos a la búsqueda de soluciones. La corrupción todo lo impregna, los políticos están desprestigiados, la falta de recursos, la pobreza, el desconcierto, el desánimo y el pesimismo de la población campan a sus anchas, mientras las actitudes populistas, xenófobas y fascistas proliferan. ¿Dónde están los intelectuales? ¿Dónde está el debate intelectual en la sociedad? ¿Dónde está la sociedad civil? ¿Dónde está el compromiso para cambiar las cosas? Voceros no faltan en los medios de comunicación y en las redes sociales, pero faltan los intelectuales. El concepto orteguiano del hombre masa está vigente y tardará en superarse.
Extraigo un párrafo de Cuando las imágenes toman posición, de George Didi-Huberman. Al referirse a Bertolt Brecht, otro intelectual del periodo de entreguerras, dice que "nunca trabajaba sin tomar posición, nunca tomaba posición sin buscar saber, nunca buscaba saber sin tener ante sus ojos los documentos que le parecían apropiados. Pero no veía nada sin deconstruir y luego remontar por su propia cuenta, para exponerlo mejor". La toma de posición como epistemología. Aquí lo dejo.
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