Han pasado las elecciones y se multiplican las incógnitas. Mientras se ha configurado un Parlamento Europeo en el que mayoritariamente no se cree en Europa, en nuestro país ha caído el bipartidismo y se asiste al auge de los partidos minoritarios. Independientemente de las lecturas que cada uno se haga, dos cuestiones son obvias: la preocupante situación europea dominada por la extrema derecha y el giro a la izquierda de la población española. Tras los resultados electorales hay que ponerse a trabajar ya. Las elecciones generales, municipales y autonómicas están a la vuelta de la esquina y todo indica que se han acabado, por fin, las mayorías absolutas. Si se cumplen las previsiones, dentro de un año y medio gobernará la izquierda en nuestro país. No hay tiempo que perder. Es momento de reflexión, de diálogo, de iniciativas y de pactos. Un partido ya no puede pensar solo en su aparato. Urgentemente debe dar respuestas a lo que demanda la sociedad y debe entenderse con otras formaciones que luchan por lo mismo. En nuestro país los partidos de izquierda están condenados a entenderse, si quieren realmente que haya un cambio. Pero no olvidemos el peligro: a pesar estar hundido el PP, la fragmentación de la izquierda, si no hay pactos, podría conducir a los populares a La Moncloa una vez más y con poquísimos votos. Si no queremos que esto ocurra, los partidos de izquierda deben reflexionar sobre sí mismos sin dilación. Tienen que trazar una hoja de ruta y entenderse entre ellos, pero siempre pensando que son opción de gobierno. Hay que dejarse ya de cómodas posturas de oposición, olvidar milongas y pensar en gobernar. No olvidemos a lo que ha conducido la abstención y el discurso populista en Francia.
Es conveniente, no sé si de recibo, explicaros las razones que me han llevado a llamar a este blog Ideal-Room . He de confesaros que carece de cualquier relación con mi biografía y que se inscribe de lleno en un anhelo puramente literario y elegíaco. Que nadie busque aquí A Room of One's Own como si de Virginia Woolf se tratara. Ni es mi habitación propia ni mi habitación ideal, que lo podría ser. Sólo es un deseo que aspira a convertirse en quimera. Para explicaros que es el Ideal- Room es preciso que primero os hable la calle de la Paz, sin duda la más elegante de Valencia. Una calle que como buen ejemplo del gusto por el modernismo decimonónico tiene mucho que ver con aquellas avenidas proyectadas por el barón Hausmann en París. Siendo estrecha y sin árboles aún hoy posee ese encanto proustiano inconfundible que la convierte en un rincón refinado y cosmopolita que se escapa de la idiosincrasia socarrona de la ciudad de Valencia. En el número 19, esquina con Comedias, en un...
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