Ir al contenido principal

OCHO APELLIDOS VASCOS

Finalmente he visto la película española más taquillera, la que ha llenado las salas cinematográficas en los últimos meses y la que ha hecho reír a millones de personas en este país. Confieso que la película tiene una espléndida factura, algo habitual en las películas de Emilio Martínez Lázaro; unos actores muy solventes y que resuelven muy bien sus personajes, en especial Dani Rovira; un guión de  Borja Cobeaga y Diego San José que hace comedia de los grandes problemas sociopolíticos de este país, sin duda su mejor acierto. Pero... Pero debo ser marciano:  no me ha gustado ni me he reído. Está claro que soy de otro planeta al no seguir las preferencias de la mayoría de ciudadanos que la han visto. Me pasa a menudo. No quiero hacer una lectura moral ni sociocultural ni mucho menos generacional de la película. Tampoco la  voy a comparar con otros éxitos populares del cine español de hace cincuenta años, como he escuchado a más de uno. Sólo quiero hacer un par de  reflexiones/opiniones muy personales sin entrar en otras disquisiciones, que las hay y muchas. Me centro en la película.

Ocho apellidos vascos es ante todo una comedia muy inferior a otras comedias de Martínez Lázaro como Amo tu cama rica o Al otro lado de la cama, que sigue la estela de los éxitos europeos de Bienvenidos al Sur y Bienvenidos al Norte. Las intenciones de partida son buenas, pero las resoluciones se quedan a mitad camino. Los guionistas han hecho un esfuerzo, conocen la carpintería del guión y del género, pero no consiguen concluir con brillantez. Es como si se tuviera muy clara la teoría, se hubieran analizado cientos de comedias clásicas -algo loable-, pero no se hubiera sabido resolver esta historia de chico andaluz conoce chica vasca en la que pesa más la confrontación cultural entre vascos y andaluces que la historia romántica, auténtico motor de la narración. Todo está enconsertado y es previsible, a pesar de los constantes conejos que los guionistas se sacan de la chistera para que avance la narración, algo totalmente legítimo. En mi modesta opinión esta historia hubiera dado muchísimo más juego en una sitcom televisiva. Creo que aquí pesa la gran solvencia televisiva de los guionistas, Los diálogos se basan en la réplica fácil basado en los tópicos. El género y la intención son así, ya lo sé, pero falta ingenio. El diálogo chistoso con referencias a la actualidad y a las diferencias culturales hace que se olvide el gag visual, y no debemos olvidar que estamos en una película. La historia de amor habría dado mucho de sí, ganando los local a lo universal.  ¡Qué diferencia con Los padres de ella y similares con Ben Stiller, por poner un ejemplo popular y taquillero! Y que conste que tampoco me gusta ese humor.

Me alegro mucho del éxito de Ocho apellidos vascos . Deberíamos tener muchas películas españolas capaces de llenar las salas cinematográficas como lo ha hecho esta producción, lo que no exime para que dé mi opinión personal como espectador. Dejo el contenido para otra ocasión.

Comentarios

Entradas populares de este blog

DOS O TRES COSAS SOBRE EL IDEAL-ROOM Y UNA DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

Es conveniente, no sé si de recibo, explicaros las razones que me han llevado a llamar a este blog Ideal-Room . He de confesaros que carece de cualquier relación con mi biografía y que se inscribe de lleno en un anhelo puramente literario y elegíaco. Que nadie busque aquí A Room of One's Own como si de Virginia Woolf se tratara. Ni es mi habitación propia ni mi habitación ideal, que lo podría ser. Sólo es un deseo que aspira a convertirse en quimera. Para explicaros que es el Ideal- Room es preciso que primero os hable la calle de la Paz, sin duda la más elegante de Valencia. Una calle que como buen ejemplo del gusto por el modernismo decimonónico tiene mucho que ver con aquellas avenidas proyectadas por el barón Hausmann en París. Siendo estrecha y sin árboles aún hoy posee ese encanto proustiano inconfundible que la convierte en un rincón refinado y cosmopolita que se escapa de la idiosincrasia socarrona de la ciudad de Valencia. En el número 19, esquina con Comedias, en un...

OBLIDADA CONCHA ALÓS

Tenia  tretze o catorze anys quan vaig descobrir Concha Alós . Descobrir que no llegir, perquè la lectura va vindre molt més tard. En aquells anys del franquisme accedir a un llibre era tota una odissea, sobretot per a un adolescent lletraferit de família treballadora i sense recursos com jo. A la casa dels meus pares no hi havia llibres. Les biblioteques públiques d'aleshores eren pràcticament inexistents i tenien les prestatgeries plenes d'exemplars vells, porgats i polsosos. Comprar-ne era quasi una quimera degut a la nostra complicada economia familiar, però no gens més complicada que la d'altres milers de famílies. Un llibre es comprava si era totalment necessari per a l'escola i  si no hi havia més remei, la qual cosa suposava més cigrons i menys carn a la taula. Els diners no prestaven per a tot. Ma mare, amb el seu tarannà de solucionari, sempre trobava una manera d'estalviar-se la compra en forma de parent o veí que acabaven prestant-nos aquell ...

RECORTAR EN CULTURA PARA PAGAR INTERESES AL BANCO

Zubin Mehta Leo en prensa algunas filtraciones sobre las inmediatas intenciones de la Generalitat Valenciana en materia cultural, qu e se desprenden de la creación del nuevo holding instucional CulturArts . Institutos y empresas culturales públicas que desaparecen, teatros que se cierran como el Talia , posible privatización del Teatro Principal de Valencia, becas y subvenciones que se fulminan, presupuestos que se juntan en un mismo cajón para compensar la buena gestión de unas entidades con las pérdidas ocasionadas por el despropósito de otros pésimos gestores. Ahora le toca el turno tijeretil al Palau de les Arts . Peligra la presente temporada de ópera, el Centro de perfeccionamiento Plácido Domingo , la Orquesta Sinfónica de la Comunitat Valenciana o el Festival del Mediterrani que dirige Zubin Mehta ... Si los gobernantes piensan que la cultura es rentable económicamente, son unos necios morrocotudos. Estupideces del neoliberalismo con falta...