Soy un lector intermitente de poesía. Por desgracia no sigo muy de cerca todo lo que se publica, aunque intento estar al día de algunos poetas, tanto en catalán como en castellano, y siempre me gusta tener un poemario cerca para ir leyéndolo poco a poco, paladeándolo. Un poemario se debe leer poco a poco, disfrutándolo, estirándolo en el tiempo. Conmoviéndose y reflexionando. Una lectura de días, de semanas. Lectura larga y sin fin. Lo demás es pasar lo ojos por las letras, por las palabras sin ser nada. Estas últimas semanas he sido voraz en lecturas poéticas, aunque la poesía no se puede devorar. La voracidad que hablo es en términos de lectura constante y reflexiva, lo que ha anulado por unos días mi condición de lector intermitente de poemas. Ello se ha debido a uno de los poemarios más bellos que he leído en los últimos tiempos: Donde estuve , de Fernando Delgado , publicado por la Fundación José Manuel Lara . Un poemario intenso y profundo que...
El blog de Manolo Gil