El pasado miércoles 11 de enero un desafortunado tweet de Toni Cantó en el que aparecían unas imágenes de un supuesto bombardeo al edificio de TVV abrió la caja de los truenos entre la opinión pública valenciana, tanto por el contenido del tweet como por quién lo emitió. Aunque posteriormente el actor y diputado pidió disculpas, el mal ya estaba hecho.
Toni Cantó es un diputado elegido por el voto de miles de valencianos y valencianas. Como persona pública tendría que ser más respetuoso con sus opiniones, sobretodo cuando éstas afectan a 1.800 trabajadores de RTVV que están pendientes de un ERE; eso por no hablar también de los miles de trabajadores adscritos a las empresas audiovisuales valencianas a las que hace más de dos años que TVV no les paga. No se puede identificar la mala gestión de unos pocos con la marca de una cadena de televisión en la que trabajan cerca de 2.000 trabajadores no son responsables de una pésima gestión.
Toni Cantó utilizó fuera de contexto imágenes de un estupendo programa de humor del actor Xavi Castillo emitidas por Levante TV. En el programa de televisión tenían sentido, pero no en el timeline de la cuenta de Twitter del diputado se convertían en ofensa.
No es mi intención coartar la libertad de expresión de nadie. Pero una cuestión es el humor y la parodia, y otra bien diferentes la desafortunada opinión de un diputado. Como diputado, Cantó debe negociar, luchar y buscar soluciones al problema de RTVV. Debe denunciar la mala gestión y erradicarla, pero no estigmatizar una marca. Descalificando la marca Canal 9 se machaca todavía más a unos trabajadores y a un sector profesional que ya son víctimas de la mala gestión. Deberíamos cambiar el discurso descalificatorio por la denuncia concreta y personalizada a los responsables de la mala gestión y la manipulación informativa.
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